jueves, 2 de agosto de 2012

Porqué soy escritora. La vocación


Un día dije que era escritora, cuando sabía.
Luego vinieron las dudas.
Pero solo hay una verdad.
Soy escritora.

E intuyo que mi camino como escritora y mi camino de evolución interior están estrechamente entrelazados, como la hiedra al árbol.

O quizás sean uno solo…


Surgió cuando era niña, leyendo la Historia Interminable, uno de mis libros favoritos de entonces y ahora. Recuerdo aquellas aventuras de Bastián que quedaban inacabadas con un “pero eso es otra historia y será contada en otra ocasión”…, yo solía imaginar esas historias.

Y entonces, un día cualquiera, tras darme un atracón de lectura, surgió esa inquietud, un cosquilleo interior, que me decía que yo también tenía historias que contar, historias por descubrir y que ofrecer al mundo y a mí misma. Recordé de nuevo la Historia Interminable, cuando Bastián entra en una biblioteca donde estaban todos sus libros, con las historias que él había imaginado y las que le quedaban por imaginar. Deseé una biblioteca como esa con mis libros aún no escritos ante mí.

Pero sospecho que es en el proceso de creación donde aprendemos y evolucionamos, así que afortunadamente no podemos dar esos saltos, tan deseados por nuestro ego perezoso, al que no le interesa que podamos descubrir algo auténtico.  Porque cada vez lo veo más claro, cada persona elige su propio camino interior y el camino de la creación requiere disciplina, pues en ningún otro necesitamos más de la voz del corazón, de la intuición, y el ego siempre está ahí, una bestia negra destruyendo la magia, porque el ego nace del miedo, del miedo al Amor, que es la única gran verdad.

La vocación es ese mandato divino, o misión que se nos encomienda, o nos encomendamos nosotros mismos, antes de nacer en este mundo, cuyo fin es aportar algo al mundo y hacernos crecer y aprender las lecciones que precisamos en esta vida.

Es por ello que si hay algo que en el fondo de tu ser sabes, sientes que debes hacer, has encontrado tu vocación y es tu deber realizarla, porque en ella está tu aportación al mundo. No escuches a esas personas bienintencionadas que te dicen que tus sueños son solo eso: sueños imposibles.

No hay nada imposible.
No escuches la voz del mundo.
Escucha la voz de tu corazón.
Sigue tu intuición.
Confía en tu vocación.


Una flor