Un día dije
que era escritora, cuando sabía.
Luego
vinieron las dudas.
Pero solo
hay una verdad.
Soy
escritora.
E intuyo que mi camino como escritora y mi camino de evolución
interior están estrechamente entrelazados, como la hiedra al árbol.
O quizás sean uno solo…
Surgió cuando era niña, leyendo la Historia Interminable ,
uno de mis libros favoritos de entonces y ahora. Recuerdo aquellas aventuras de
Bastián que quedaban inacabadas con un “pero eso es otra historia y será
contada en otra ocasión”…, yo solía imaginar esas historias.
Y entonces, un día cualquiera, tras darme un atracón de lectura,
surgió esa inquietud, un cosquilleo interior, que me decía que yo también tenía
historias que contar, historias por descubrir y que ofrecer al mundo y a mí misma.
Recordé de nuevo la Historia Interminable ,
cuando Bastián entra en una biblioteca donde estaban todos sus libros, con las
historias que él había imaginado y las que le quedaban por imaginar. Deseé una
biblioteca como esa con mis libros aún no escritos ante mí.
Pero sospecho que es en el proceso de creación donde aprendemos
y evolucionamos, así que afortunadamente no podemos dar esos saltos, tan
deseados por nuestro ego perezoso, al que no le interesa que podamos descubrir
algo auténtico. Porque cada vez lo veo
más claro, cada persona elige su propio camino interior y el camino de la
creación requiere disciplina, pues en ningún otro necesitamos más de la voz del
corazón, de la intuición, y el ego siempre está ahí, una bestia negra
destruyendo la magia, porque el ego nace del miedo, del miedo al Amor, que es
la única gran verdad.
La vocación es ese mandato divino, o misión que se nos
encomienda, o nos encomendamos nosotros mismos, antes de nacer en este mundo,
cuyo fin es aportar algo al mundo y hacernos crecer y aprender las lecciones
que precisamos en esta vida.
Es por ello que si hay algo que en el fondo de tu ser sabes,
sientes que debes hacer, has encontrado tu vocación y es tu deber realizarla,
porque en ella está tu aportación al mundo. No escuches a esas personas
bienintencionadas que te dicen que tus sueños son solo eso: sueños imposibles.
No hay nada imposible.
No escuches la voz del mundo.
Escucha la voz de tu corazón.
Sigue tu intuición.
Confía en tu vocación.