miércoles, 19 de septiembre de 2012

Las cartas de las dríades II. Más acerca de las enseñanzas de las dríades.


He comprobado que mi entrada sobre las cartas de las dríades (abril 2012) es una de las más visitadas. En aquel momento hice una descripción general sobre este oráculo, con un apunte a sus enseñanzas espirituales para no alargar demasiado la entrada.

Ahora creo que puede ser interesante ampliar aquel post, centrándome en lo más importante: los mensajes que nos envían las dríades, o los árboles a través de ellas, o sea, las enseñanzas espirituales. Volviendo a releerlas, me vienen recuerdos de otro libro “El poder del ahora” de Eckhart Tolle. Y es que todos los libros que he leído últimamente sobre espiritualidad y crecimiento interior coinciden en puntos fundamentales, señalando a una gran verdad.



Hay van algunos de esos fragmentos de sabiduría que nos deja Tiziana Mattera en esta magnífica obra:


·       ¿Cuántos desiertos interiores hemos dejado crecer dentro de nosotros? ¿Cuántas zonas de la tierra fértil que es nuestra alma hemos dejado yermas?
·       Donde haya un desierto puede nacer un bosque, y este “milagro” empieza por tu corazón… porque la primera semilla se abre justamente allí…
·        El Maestro que vive en cada uno de nosotros nos incita a concretar la Verdad que se despierta en la pureza de nuestro corazón. Nos insta a ser adultos conscientes de nuestra propia Naturaleza Sagrada, para convertirnos en el Humano verdadero y completo que aún duerme dentro de nosotros.
·       La Naturaleza influye en nuestra naturaleza interior y cuando la destruimos y la modificamos, cuando nos alejamos indiferentes de su alma, nos estamos privando a nosotros mismos del necesario y beneficioso Alimento de nuestra alma.
·        La verdadera independencia a la que aspiráis es la libertad de despegaros de todo lo que os mantiene atados a una falsa idea de vosotros mismos y del mundo. Sentíos especiales… porque lo sois. Cada uno de vosotros es un ser magnífico, único, divino… Dad otro paso, pero esta vez hacia vosotros mismos (…) El Universo entero está en vosotros, y todo lo que consideráis imposible ya se haya construido en vuestro interior. Atreveos a derribar las murallas de vuestra personalidad para descubrir vuestra luminosa individualidad.
·    La Unidad es nuestro Destino común… Unidad es la comunión perfecta entre vuestro interior, el Corazón y vuestro exterior, el Mundo. Al fin y al cabo se trata de recordad quiénes sois.
·        Vuestra alma se alimenta de silencio: lo necesita como vuestros pulmones necesitan el aire. Lo necesita porque en él encuentra la Paz que le es propia.
·    Cuando sentís sufrimiento es porque el Manantial de la Vida en vosotros está abriéndose paso en el muro que habéis construido para contenerlo: el amor no puede ser retenido, a pesar vuestro...
·      El verdadero éxito es la conquista del Ideal que duerme en vuestro interior. Vuestra meta es el encuentro con vuestra verdadera identidad… Cuando perseguís el éxito interior y espiritual, la materia del mundo se “plasma” bajo vuestras necesidades como la plasticidad de la arcilla roja bajo las manos de un artista. Decidid no dejaros “plasmar” por ella (…) Ser conscientes de vosotros mismos en vuestras decisiones: escuchad si vuestro Corazón las aprueba y, de ser así, no dudéis más, porque ya estaréis en el camino correcto hacia vuestra meta.
·        Vuestra meta se encuentra ente los recovecos de vuestros talentos y cualidades no expresadas: lo que compone y da forma a vuestra auténtica naturaleza.
·    Cuando seáis fieles a vuestra Auténtica Naturaleza, alumbraréis el mundo con vuestra luz que, como un imán, atraerá el bien que hay en los demás, que se juntará con el vuestro, y el Ideal que antes soñabais se convertirá en vuestra tangible y sublime Realidad.
·    Estáis en una fase de transición, que os está llevando hacia el umbral de una decisión: el Puente, luminoso como un arco iris, que os conduce a vuestra Realización se encuentra ante vuestros ojos. (…) Ese Puente es el paso que os permite alcanzar otro nivel de conciencia, muy superior.
·        Es vuestro progreso ascendente de consciencia el que modifica la realidad en la que vivís.