Esta obra de Tiziana Mattera está formada por un libro de 208
páginas y por 55 cartas bellamente ilustradas con imágenes de Elfos (10), Hadas
(16) y Duendes (29).
Las cartas son muy manejables (8 x 11 cm ) y de agradables
ilustraciones: los Elfos y las Hadas tienen un aspecto etéreo, mientras los
Duendes resultan más mundanos, logrando en ambos casos transportarnos a su
mundo mágico.
Los Elfos, Hadas y Duendes son los llamados Tuatha na Sidhe
“gente del Mundo de Luz” y por medio de estas cartas nos transmiten su mensaje
para ayudarnos y guiarnos en nuestro camino interior. Podemos pues utilizarlas
a modo de oráculo, extrayendo una de ellas cuando necesitemos consejo.
El libro, tras una introducción, se centra en describir estos
seres de luz comenzando con una frase en clave poética a modo de presentación,
para desarrollar luego 4 apartados:
-
Significado
del nombre
-
Lugar
de procedencia
-
Mensaje
-
Sugerencia
Estamos ante una obra de contenido espiritual y con una sutil
carga poética, en la que la autora nos invita a ver con los ojos del corazón y
mirar hacia dentro, pues así encontraremos otra realidad llena de magia y
descubriremos que nuestros sueños pueden y deben hacerse realidad. Aunque
personalmente considero que es en su siguiente obra “Las cartas de las dríades”
donde la autora logra plenamente su objetivo, estas cartas de los elfos, las
hadas y los duendes suponen un agradable soplo de aire fresco, su mensaje es
claro y están impregnadas de un halo poético que nos traslada al Mundo de Luz.
Así se nos presentan algunos de los seres de Luz:
El Elfo Owl,
“Perderse en los sueños
para vagar en el
corazón iluminado de la noche.
Unirse a su aparente
silencio
para escuchar los
susurros de la vida oculta
y vibrante de armonía.
Fundirse en su
intimidad para abrir el corazón a la quietud.
Detener el curso de los
pensamientos
para acoger el dulce
desconcierto
del presente instante
que goza en la eternidad”.
El Hada Blume,
“Quisiera enseñarte esa
sonrisa tuya que aún no conoces…
esos pensamientos
ocultos en tu corazón
y que no osan salir y
escuchar la suave voz que murmura
tu nombre. Es la
semilla arrojada que espera
y promete el perfume de
la flor.
Para decirte que
aquello que buscas
está dentro de ti y te espera…”.
Y el Duende
Wizen,
“He salpicado el cielo
de nubes oscuras
para obligarte a
levantar la mirada
y buscar el Sol…”.
Alguno de sus mensajes:
“Me gustaría hablarte del silencio y de su reino (…) allí es
donde tu corazón te habla y puede contarte quien eres realmente. ¿Qué temes
descubrir?”.
Y una sugerencia:
“Recuerda que has venido a la Tierra con un don entre las manos. Tan solo debes
aprender a reconocerlo y a aceptarlo con humildad y con gratitud, porque este
don representa tu especialidad; una especialidad única e irrepetible, gracias a
la cual podrás elevarte y contribuir a manifestar el designio divino”.