domingo, 27 de mayo de 2012

El lado activo del infinito. Carlos Castaneda


Este libro me impactó bastante cuando lo leí por primera vez. En él, Castaneda narra historias personales que influyeron de forma decisiva en su vida –lo que se llama recapitulación- junto con las enseñanzas que va recibiendo del chamán don Juan.

Entre estas enseñanzas, destacaría la afirmación de que tenemos dos mentes, la nuestra y otra que no nos pertenece, la instalación foránea, que solo trae conflicto. Esta mente es la mente del predador, un ser inorgánico que se alimenta de la conciencia humana. Mientras no nos deshagamos de la mente del predador –a través del silencio interno- estaremos atrapados.

El predador (o volador) es descrito como una enorme y oscura sombra que da saltos -procedente de las profundidades del cosmos- que ha tomado el control de nuestra vida al darnos su mente, siendo esa mente la responsable de nuestros sistemas de creencias, nuestras esperanzas, sueños, miedos… haciéndonos seres rutinarios y ego maniáticos, sometidos. Esa mente del predador puede identificarse perfectamente con el ego y ahí surge la inquietante duda de si estamos ante una metáfora de Castaneda o si realmente existe ese ente extraño: el predador.

¿Y cuál es la solución para acabar con ese predador? El silencio interno, que podríamos identificar con la meditación:

“Don Juan definió el silencio interno como un estado peculiar de ser en que los pensamientos se cancelan y uno puede funcionar a un nivel distinto al de la conciencia cotidiana. Consistía en suspender el diálogo interno –el compañero perenne del pensamiento- y debido a eso, era un estado de profunda quietud.”

“Los chamanes descubrieron que si agotaban la mente del volador con silencio interno, la instalación foránea saldría corriendo, dando al practicante envuelto en tal maniobra total certeza del origen foráneo de la mente. La instalación foránea vuelve, pero no con la misma fuerza y comienza un proceso en que la huída de la mente del volador se hace rutina hasta que un día desaparece de forma permanente.”

Os dejo otros fragmentos de este sugestivo libro:

“No escuches a esa voz superficial que te hace sentir rabia. Escucha a esa voz más profunda que desde ahora en adelante te va a guiar, la voz que se está riendo. ¡Escúchala! ¡Ríete! ¡Ríete!”

“Son los efectos del infinito. Tu sensación de nerviosismo se debe a la realización subliminal de que se te ha acabado el tiempo. Tienes conciencia de ello, pero no estás deliberadamente consciente. Sientes la ausencia de tiempo y eso es lo que te hace impaciente. Simplemente se te ha acabado el tiempo.”

“Todo lo que hacemos conduce al silencio interno, que no se revela hasta que algo gigantesco nos sacude.”

“Ese es el momento en que los chamanes regresan a la verdadera naturaleza del hombre, la libertad total.”

“Para que el funcionamiento del silencio interno empiece se necesita un punto de ruptura.”

“Tu punto de ruptura es descontinuar tu vida tal como la conoces”

“Todo apunta a un solo lugar: tu necesidad de romper con todo.
Tus puntos de referencia tienen que irse.
Los chamanes tienen un solo punto de referencia: el infinito.”

“Para el infinito la única empresa que vale para el guerrero es la libertad”

“Me había dicho que todo lo que hacía tenía que ser un acto de brujería. Un acto libre de expectativas intrusas, temores al rechazo, ilusiones de éxito. Libre del culto del yo; todo lo que hacía tenía que ser al momento, un acto de magia en que me abría libremente a los impulsos del infinito.”

“Cuando las dudas te asalten hasta el punto de que corras peligro
Haz algo pragmático al respecto
Apaga la luz. Perfora la oscuridad
Averigua qué puedes ver”



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